8.29.2011

(1°)


De todas las cosas que tengo por decirte, de todas aquellas que debería empezar a desenredar en mi cabeza... la primera debe ser que te amo, aunque me he resistido a hacerlo, tengo que admitirme que te amo y que por éso esto se me ha vuelto tan complejo, porque siento que una de las personas que me enseñó a amar, a la vez ha sido la que hoy me enseña que el amor se va, se puede remover o simplemente se transforma... y ésa transformación es la que hoy me pudre hasta la asfixia.

Nunca había sentido esto de tener una tormenta por dentro pero verse como un mar calmado, creo que me llenaba de curiosidad cómo uno mantenía uno de estos secretos a sabiendas de la carcoma que éso producía... sin embargo acá la vida, con su agua, con su flujo y con sus vainas nos trajo esto, una vez más reta a la sensación de seguridad, una vez más reta a la posibilidad de construir después de un incendio. Aunque esta vez, quizá por primera vez me da el poder de reventar la burbuja, es casi como si la condición del secreto me susurrara: "cuando estés lista". Ahora, este poder es bendición y maldición al tiempo, a veces ése mismo susurro me lacera los oídos, a veces ése susurro es el que me da el tiempo de digerir mis pensamientos un poquito, antes de reventar en llanto en cualquier lugar donde esté parada. Por ejemplo hace unos días: Un señor en Transmilenio me preguntó si me apedillaba Mondragón: yo, con un poco de decepción, le respondí que no lo era, aunque quise serlo, quise ser la persona que alguien más busca y salirme de esta piel aplastante que todo el tiempo está buscando.

No te he contado nada de esto, porque aún no sé por dónde voltear la historia, no sé en dónde enmarcarla, no sé cómo entenderla, creo que el primer paso en la construcción de la destrucción que hoy tengo el poder y la respondibilidad de efectuar, es admitir que te amo, aún cuando no quiero hacerlo, aún cuando me estás descomponiendo por dentro con tu secreto.

"Y que venga la noche y que sea bañera
y que la bañera sea profunda
y que todo se ponga patas arriba
y que hasta el último milímetro de nuestros cabellos se sumerja."