El 25 de agosto a las 21:23. -La Noche-

La casa era una tina de agua caliente y la noche una tina de agua helada...
Salir y entrar, entrar y salir. Sumergirse.
Ahí estaba todo el universo, en ésa interacción sagrada.
El viento y el calor se integraban... la casa con sus alfombras armaba moléculas de agua que le producían un confort hasta incómodo y la noche, con todas sus estrellas helaba rasgando el silencio de su confort.
No había nada como la delicadeza de las estrellas acariciando con sus puntas las pompas de jabón de sus sueños, rompiendo una a una con sutileza las ilusiones de aquellos que sueñan en mundos virtuales hogareños. Es un placer observar el espectáculo de lo que se pierde tan lento que parece transición, como morirse de a poquitos y no de un sólo suspiro.

Como poder pedirle a la vida un momentito,
que pare ahí cinco segundos, que un poquito más allá vuelva y pare
y que este otro pedacito lo acelere, por favor, que lo acelere.
Y que venga la noche y que sea bañera
y que la bañera sea profunda
y que todo se ponga patas arriba
y que hasta el último milímetro de nuestros cabellos se sumerja.

La noche era fría como ella sola, oscura, abrupta y absurda, pero la noche era hermosa... era una dama elegante con una luz color hueso puesta de sombrero para recordarnos lo que llevamos por dentro.
Qué somos si no hueso? qué somos si no un momentito? qué somos si no frío? qué somos si no calor? qué somos si no agua?

• P.D: Para las -calculo yo- 8 personas que me leen aunque no comenten: gracias por leer calladitas esto. Hoy quiero darles las gracias. Se siente bien escribir, se siente bien tener este espacio hace un año y ya sin más infulas de protagonismo, se siente poder decirles que se siente bien. Un abrazo.

ºMº